La pandemia de la COVID-19 ha proporcionado a muchos empleados opciones nuevas y más flexibles sobre dónde, cuándo y cómo trabajan, imponiéndose el trabajo desde casa por directiva del gobierno en muchos casos. Sin embargo, también ha resultado un desafío para su estado físico y mental, productividad y capacidad para comunicarse eficazmente en el trabajo. Esto según la nueva investigación publicada hoy por Economist Intelligence Unit, respaldada por Allianz Partners.
La investigación, incluida en ‘The Future of Work and Digital Wellbeing – protecting employees in a COVID-19-shaped world’ (El futuro del bienestar digital y laboral: protegiendo a los empleados en un mundo de COVID-19) realizó una encuesta a 1000 empleados a tiempo completo que trabajan desde casa procedentes de Reino Unido, Canadá, Francia, Singapur y Emiratos Árabes Unidos debido a las restricciones gubernamentales impuestas durante la COVID-19.
Un total del 75% de los participantes dijeron que deseaban seguir trabajando desde casa después de la pandemia, con el 69% queriendo trabajar desde casa durante la mayor parte de la semana laboral (al menos tres días). Sin embargo, con la investigación también se descubrió lo siguiente: